jueves, 27 de mayo de 2010

Hopper. El mono transparente se vuelve dorado.




Esta pintura es la última de importancia que pintó Edward Hopper,
luego cayó convaleciente de la enfermedad que lo llevó a la tumba.
Si bien se dice que el pensaba agregarle una figura ( y dada su tendencia,
sería Jo con el culo al aire); lo cierto es que no lo hizo y se hizo retratar
por un artista fotógrafo haciendo como que pintaba esta obra. Se
conservan las fotografías y ya analizaremos esos documentos visuales,
ahora les muestro resultados de los análisis con rayos catódicos del
espectro fino y del espectro ultrafino. Vemos en el primer caso la habitación
vacía sin el culo Jo ofrecido por el pintor a los dioses voladores o trepadores.
En el segundo caso vemos registrado en el espectro fino, al Mono transparente
aparecer por la ventana pegado a la pared en busca de su culo preferido. Y en
el tercer caso vemos al Mono transparente volverse dorado al no encontrar
a su amada. Se vuelve dorado, se integra al sistema tonal de la pintura y queda
atrapado para siempre, es la trampa postrera de Hopper para impedir que siga
gozando con las mujeres de los artistas. Y es un no definitivo a Jo, es un no
a seguir con ese juego exhibicionista, es un no a seguir rejuveneciendo
a la amada esposa compartida con el Mono y que morirá al año de
haberlo hecho su marido, ambos mueren a los 84 años. Y gracias
al legado de Jo entran al Museo, al Whitney Museum, la cripta de la
Memoria, el Tesoro del Templo, el barco hacia el Ultramundo.
Análisis: BB